29 de enero de 2025
La Doctrina en el Derecho Argentino
La doctrina es el conjunto de teorías y conocimientos jurídicos que distintos juristas y estudiosos del derecho consideran válidos. Consiste en reflexiones teóricas derivadas de la literatura jurídica, permitiendo la interpretación y fijación del sentido de las leyes en sus diversas ramas. Además, cumple un rol clave en el abordaje de cuestiones aún no legisladas. Aunque los jueces pueden basarse en la doctrina para la resolución de casos, no están obligados a seguirla.
¿Qué es la doctrina?
La doctrina constituye un elemento fundamental del ordenamiento jurídico de un Estado, formándose a partir de la opinión de expertos en derecho. Aunque no es una fuente formal del derecho en Argentina, su influencia en la interpretación y evolución del sistema normativo es significativa.
Características de la doctrina
Entre los rasgos que caracterizan la doctrina, destaca su valor intelectual para orientar la interpretación del derecho. Diversos autores ofrecen proposiciones que guían los principios normativos para la toma de decisiones jurídicas.
En el actual sistema normativo argentino, la doctrina no se encuentra integrada como una fuente del derecho. No obstante, numerosos profesionales consideran que posee un fuerte valor teórico y conceptual, sirviendo como referencia voluntaria para comprender el espíritu de la norma.
La reputación del autor es un factor determinante en la doctrina: cuanto mayor es su prestigio, más influencia ejerce en los diferentes actores jurídicos, incluyendo jueces, abogados y legisladores.
Funciones de la doctrina
La doctrina cumple diversas funciones, que pueden clasificarse según su método y efecto:
Científica: Analiza, sintetiza y sistematiza el derecho. Examina el alcance y la significación de los textos legales, coordinando principios generales para explicar el sistema jurídico.
Práctica: Facilita la comprensión e interpretación de las normas, proporcionando orientación en su aplicación a jueces, abogados y operadores jurídicos.
Crítica: Evalúa la coherencia entre las normas jurídicas y los principios de justicia, reflexionando sobre su creación y aplicación.
Creadora: Propone nuevas normativas que pueden ser consideradas por el legislador para la modificación del sistema jurídico. Por esta razón, la doctrina es vista como un conocimiento anticipado del derecho.
La Doctrina de los Propios Actos
La doctrina de los propios actos se refiere al principio de buena fe en las relaciones jurídicas. Establece que nadie puede contradecirse respecto a sus propias acciones cuando estas han sido deliberadas y generan efectos jurídicos.
Un fallo del 20 de septiembre de 1989 (SAIJ: SUJ0007878) consolidó este principio, señalando que los comportamientos jurídicos exteriorizados deben ser mantenidos para evitar la defraudación de la confianza legítima en una relación jurídica. Este fallo sirvió de base para la incorporación del artículo 1067 en el Código Civil argentino.
Artículo 1067 - Protección de la confianza
La interpretación debe proteger la confianza y la lealtad que las partes se deben recíprocamente, siendo inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente relevante, previa y propia del mismo sujeto.
Artículo 1607 del Código Civil
Para que se aplique la doctrina de los propios actos, deben concurrir dos supuestos:
Una situación jurídica preexistente.
Una conducta jurídica válida y eficaz del sujeto, que genere una expectativa futura en la otra parte y que sea relevante dentro del derecho.
Conclusión
Aunque la doctrina no es una fuente formal del derecho en Argentina, su influencia es fundamental en la interpretación, sistematización y evolución del derecho. Sus funciones van desde el análisis teórico hasta la propuesta de nuevas normativas. Además, principios como la doctrina de los propios actos refuerzan la seguridad jurídica al impedir conductas contradictorias dentro de una relación legal.
